No se ve excelentemente ideada, y ni siquiera representa una excelente película del género de terror; pero hay algo en Insidious (EUA/Canadá-2011) que le dota de cierto aire un tanto genuino y mucho muy sencillo que provoca que el espectador quede satisfecho con lo poco que pretende y aporta; y con lo mucho que logra tomando en cuenta lo anterior. En el filme Josh (Patrick Wilson) y Renai (Rose Byrne) han formado una familia feliz con sus tres pequeños hijos con los cuales se mudan a una antigua casa. Después de que uno de sus hijos despierta sumido en un coma, Josh y Renai empiezan a sufrir experiencias paranormales que aterrorizan a toda la familia.
Cuando se juntan los responsables de la serie de cintas Actividad paranormal (Paranormal activity), con los creadores de la saga Juego macabro (Saw), pueden salir dos cosas si quieren anteponer sus ideas para la realización de un filme. O hacen una cinta gore con cargada dosis de violencia explícita donde una entidad del más allá es la responsable; o hacen una donde haya apariciones en una casa abandonada, y sea un asesino en serie el que les está gastando la broma.
Afortunadamente, el público que no espera mucho de Insidious es el que tendrá las mayores satisfacciones, pues conforme la cinta vaya mostrando un poquito de identidad –que sólo tiene un poquito-, mostrará colmillos ante el sinfín de cintas sobre “casas embrujadas” que se hacen de manera multitudinaria últimamente y que contrario a lo que proponen no asustan ni a un niño de 6 años.
El gran beneficio de lo mostrado en esta ocasión, no son las secuencias interminables de vouyerismo en donde apenas si se mueve un vaso; ni monstruos que salen del closet, ni sombras acojonantes desplazándose. Aunque bueno, quizá tenga algo de esto y lo otro, pero en eso no radica el efectivismo de esta cinta, sino en algunas imágenes escalofriantes que llegan a ser hasta indelebles para el cerebro y que logran efectividad en tiempo y forma sin acompañamiento de gritos y altos decibeles de audio.
Cosa triste sin embargo, es que la segunda mitad se va por un lado más torpe y risorio en aras de conceptualizar un mundo endemoniado que no le iba bien al resumen general y que vuelve el propósito repetitivo y cansado. Si bien al final se compone por la resolución y la invitación a una segunda parte, lo alargado hace un tanto de estragos en la línea que estaban llevando.
Para nada es una cinta buena, incluso puede ser tediosa en muchos momentos hacia el final, pero claramente es una cinta para pasar el rato y quizá sobresaltarse mientras la piel se eriza de manera uniforme… si bien muchas de estas películas se olvidan apenas saliendo de la sala de cine, ésta por lo menos acechará algunos dos días en la cabeza lo cual ya es bastante.
Cuando se juntan los responsables de la serie de cintas Actividad paranormal (Paranormal activity), con los creadores de la saga Juego macabro (Saw), pueden salir dos cosas si quieren anteponer sus ideas para la realización de un filme. O hacen una cinta gore con cargada dosis de violencia explícita donde una entidad del más allá es la responsable; o hacen una donde haya apariciones en una casa abandonada, y sea un asesino en serie el que les está gastando la broma.
Afortunadamente, el público que no espera mucho de Insidious es el que tendrá las mayores satisfacciones, pues conforme la cinta vaya mostrando un poquito de identidad –que sólo tiene un poquito-, mostrará colmillos ante el sinfín de cintas sobre “casas embrujadas” que se hacen de manera multitudinaria últimamente y que contrario a lo que proponen no asustan ni a un niño de 6 años.
El gran beneficio de lo mostrado en esta ocasión, no son las secuencias interminables de vouyerismo en donde apenas si se mueve un vaso; ni monstruos que salen del closet, ni sombras acojonantes desplazándose. Aunque bueno, quizá tenga algo de esto y lo otro, pero en eso no radica el efectivismo de esta cinta, sino en algunas imágenes escalofriantes que llegan a ser hasta indelebles para el cerebro y que logran efectividad en tiempo y forma sin acompañamiento de gritos y altos decibeles de audio.
Cosa triste sin embargo, es que la segunda mitad se va por un lado más torpe y risorio en aras de conceptualizar un mundo endemoniado que no le iba bien al resumen general y que vuelve el propósito repetitivo y cansado. Si bien al final se compone por la resolución y la invitación a una segunda parte, lo alargado hace un tanto de estragos en la línea que estaban llevando.
Para nada es una cinta buena, incluso puede ser tediosa en muchos momentos hacia el final, pero claramente es una cinta para pasar el rato y quizá sobresaltarse mientras la piel se eriza de manera uniforme… si bien muchas de estas películas se olvidan apenas saliendo de la sala de cine, ésta por lo menos acechará algunos dos días en la cabeza lo cual ya es bastante.
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