viernes, 3 de junio de 2011

'X-Men: Primera generación': Mutante, y a mucha honra


Ahora que de un tiempo a esta parte se están poniendo muy de moda las precuelas como forma de alargar la vida útil de cualquier producción que se preste (o no) a ello, se hace más evidente que nunca cual es la principal pregunta a la que todas deberían de intentar al menos dar una sólida respuesta para ser aceptada como "una de las nuestras". Así pues, ¿qué hubiera pasado en caso de que 'X-Men: Primera generación' hubiera sido la primera de la saga en llegar a los cines? ¿Hubieran existido el resto de títulos de la franquicia si estos no hubieran estado basados en un cómic? La respuesta es un sí rotundo, tan rotundo que de los cinco títulos que por el momento forman la franquicia de los mutantes este de Matthew Vaughn es con toda seguridad no sólo el más completo, sino que incluso puede alcanzar aunque sea a los puntos para ser mejor que los dos filmados por Brian Synger.

Cuando Synger decidió darle plantón a los superhérores de la Marvel en favor del Superman de la DC Comics Matthew Vaughn era el elegido por la Fox para cerrar la trilogía con aquel tercer episodio que terminó dirigiendo Brett Ratner, un inútil para algunos un simple profesional para otros. El caso es que no sé de quien fue la idea, pero la insistencia en que el nombre de Vaughn apareciera en los créditos de una "de los mutantes" cobra todo el fundamento posible como para tras ver su aporte a la franquicia hacernos creer que, al igual que en el caso del Batman de Nolan, no había nadie mejor para llevar a buen puerto un proyecto que estrenado a principios de junio nos obliga a rezar a dios para que no hayamos presenciado ya la superproducción más satisfactoria del verano, una cinta cuyas prestaciones deberían ser la norma y no la excepción ante unos calores que no siempre vienen acompañados de algo más de ruido.

Directo al grano, para que luego no me digan. ¿Es 'X-Men: Primera generación' el film que cabía esperar? Depende de cada cual, pero en líneas generales podemos decir que sí, que si bien no cumplirá con las más altas exigencias (algo que siempre es improbable) al menos se le aproxima lo bastante como para asegurar que el número de "indignados" no será mayor que el de acampados en la Puerta del Sol. ¿Es un buen blockbuster? Sí, lo es, ofrece un buen espectáculo, quizá no como para alcanzar la categoría de "gran" espectáculo pero por un simple motivo: Prevalece el fundamento antes que la espectacularidad, así que hablamos de acción y efectos especiales con alma (y sentido común). Y la pregunta más peliaguda de todas, ¿es una buena película? Oiga, pues va a ser que también; imperfecta, pero al menos los amantes del buen cine no les escupirán a la cara a Vaughn de la misma manera que lo habrán hecho con Rob Marshall... y así leyéndome diría que como si habláramos de cualquiera de los dos 'X-Men' de Synger, en esta por cierto productor.

Y así es, lejos de ser una superproducción del montón para pasar el rato (ese 'Lobezno'...) sus responsables se han empeñado en hacer algo que realmente sirva para el objetivo que persigue la Fox: Hacer una nueva trilogía sobre los mutantes que le merezca la pena al estudio y que le merezca la pena a la audiencia. Al igual que en otras producciones bañadas en efectos especiales pero realizadas con tanto corazón como oficio, a los personajes se les ha otorgado el derecho de ver sus acciones más o menos justificadas, de que el argumento tenga sentido y fundamento mucho más allá que servir de base para los efectos especiales, de que el filme se ajuste a las directrices de los X-Men respetando en gran medida quiénes son (para lo que pueblan el metraje de no pocos guiños que, por supuesto, cada uno deberá descubrir por sí mismo), y de que tras los títulos de crédito finales (que carecen de escena posterior, por cierto...) a uno no se le haya quedado la misma cara que, por ejemplo, tras ver otra reciente muestra de heroísmo de anda por casa, aka 'Thor'. Gustará más o menos, pero gustará pues 'X-Men: Primera generación' no tiene nada de lo que avergonzarse desde el punto de vista de que, ante todo, respeta lo que significa ser una película... comercial, sí, pero película también.

Y encima en brillante 2D, como aquel que dice (ahora que el 3D, por fin, da muestras de un desfallecimiento lógico), y con unos efectos especiales en general notables a los que Vaughn, como ya hiciese en la interesante 'Kick-Ass', sabe sacar partido no sólo a nivel visual a través de la planificación y los encuadres (y no del montaje - véase el paso de Erik por Argentina, o la primera conversación de este con un banquero...), sino también emocional. Sirva de ejemplo la escena repetida hasta la saciedad en los tráilers en la que ya bautizado como Magneto este "levanta" un submarino, y que entre la (muy acertada) música y el montaje convierten en un momento que, más allá de la espectacularidad del mismo, trasciende para emocionar y ser visto casi con los mismos ojos de un "que bueno que volviste" Sr. Ironside, algo que no se puede decir de la mitad de los blockbusters que se disfrutan con la boca abierta y el corazón de vacaciones... También podríamos mencionar una escena protagonizada por una moneda, escena que quien la vea sabrá a cuál me refiero, e igualmente sabrá por qué no doy más detalles... Y es que hay quien correría a desvelar las cartas que la intensa campaña de promoción no se ha encargado todavía de desprestigiar, una producción víctima sensible de ese concepto de reservar lo menos posible para cuando al público le toque pasar por caja, y a la que no obstante merece echarle algo más que un ojo en el lugar en donde el cine se hace grande.

El llamado verano cinematográfico es muy dado a los grandes blockbusters ligeros y ruidosos, nada malo cuando como todo en esta vida las cosas se hacen bien que al fin y al cabo de eso se trata. 'X-Men: Primera generación' no es de esos, y viene a demostrar como ya hicieran Nolan o JJ Abrams con las geniales 'Batman Begins' o 'Star Trek' que ser un blockbuster no está reñido en nada con el cine a poco que uno le ponga ganas, emparentado con estos dos ejemplos desde el momento en que ambas juegan con acierto a servir a la causa de ofrecer algo nuevo en base a un material que exige cuidadoso respeto hacia un fuerte fan base, algo que Vaughn y sus muchachos han logrado permitiendo que "su" película, más que "del" estudio (aun sin olvidarse de él), sea apta tanto para fervientes como para futuros conversos. En este sentido cobra un valor fundamental el hecho de contar con un cast digno de tan honorables intenciones y que sea algo más que un cromo con el que forrar la carpeta, algo en lo que la nueva de los mutantes acierta de pleno con los fichajes de un extraordinario Michael Fassbender como Magneto, dueño y señor de cada uno de sus fotogramas, y unos notables James McAvoy, Kevin Bacon (qué como el buen vino mejora con los años - 'Super'), Nicholas Hoult o Jennifer Lawrence, por destacar algunos a los que se les permite el lucimiento pues, sobra decir que no todos obtienen de la producción la misma generosidad para lucir en pantalla (Álex González no abre ni la boca, por ejemplo, aunque a January Jones sin embargo se le deja demasiado margen para lo poco que ofrece como actriz...).

No podría terminar esta -más extensa de lo previsto, culpa mía- crítica, que a uno le obliga a más o menos currárselo para recibir los menos palos posibles, sin mencionar el por qué no es esta una producción redonda. Y es que quién mucho abarca poco aprieta: Demasiados personajes secundarios, demasiados lugares, idas y venidas, y demasiados acontecimientos que para ser narrados en toda su dimensión hubieran requerido de unos cuantos minutos más de metraje, amén de que la aglomeración de ingredientes y el no siempre bien calculado equilibrio entre blockbuster y película provoca algún que otro altibajo en el ritmo y el interés. Peccata minuta. La historia que enmarca la amistad entre Erik y Charles, siempre amigos a pesar de las adversidades y sus diferencias, es una historia que bien se merece un film tan interesante como este por más que no sean pocos los que están invitados al convite como poco más que becarios y que, como toda primera producción, y al igual que ya ocurriese con el primer 'X-Men' o el primer 'Spider-Man', por no salirnos del ámbito de la Marvel, exista cierto halo a ese miedo de toda producción que no ha tenido el valor para saltar sin red ni pisar el acelerador a tope... pero si las dos secuelas de los dos títulos mencionados hicieron de su original el trampolín ideal para la notable calidad de ambas, no cabe duda de que 'X-Men: Segunda generación' será una producción aún mejor y más disfrutable que esta "nueva generación" con un enorme porvenir.

Mutante, y a mucha honra.

Nota: 7.8

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